En mi caso, la lluvia me está revitalizando. Y es que es más necesaria que nunca. Hay una sequía tremenda.
Mi abuela paterna (92 años) vive en uno de esos pueblos asturianos perdidos entre las montañas. El agua de casa viene de un regueiro, y es por esto que la que usan para beber la cogen de una fuente que tienen al lado. Pues bien, la fuente no tiene agua y mi abuela -que lleva allí viviendo toda su vida- cuenta que es la primera vez que la ve seca
Y dicho sea de paso, no sé si será el agua de la fuente en cuestión, pero mi abuela tiene una salud de hierro y la cabeza perfecta!!!
1 comentario:
los mismos que rogaban por agua a los santos, lloraron luego porque no podían sacar las procesiones. País extraño.
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