Y es que es un sitio estupendo para hacer travesías y dormir en refugios.
Vaya por delante que los refugios austricos son hoteles de 5 estrellas si los comparamos con los españoles o franceses. Puedes disponer de habitaciones dobles y triples, baños, duchas, baratos (12€/cabeza el alojamiento y la media pensión sobre 20€) y ultra-limpios (en serio, sorprende la limpieza de los baños y zonas comunes)
En este caso optamos por acercarnos a la zona de Lechtaler Alpen. Nuestra travesía nos llevó 4 días, con 3 etapas de más de 20 km y más de 1.000 metros de desnivel. Además, el tiempo acompañó.
El primer día fuimos desde Steeg hasta Stuttgarter Hutte (hutte es cabaña en alemán)
La travesía transcurre a lo largo de un largo valle que nos llevaría hasta el refugio.
Aquí un par de fotos del valle
Aquí ya llegando al refugio
El Refugio está en mitad de un collado. Vistas hacia el valle que bajaremos al día siguiente...
.... y valle que hemos subido
El segundo día bajamos hasta Zurs para seguir camino hasta Ravensburger Hutte, en el entorno del lago Spullersee.
Ravensburger está situado detrás de la cadena montañosa que se ve al fondo de la siguiente foto. Nosotros optamos por la opción “valle” ya que el guarda del refugio nos dijo que el paso de Madolck estaba bastante complicado por culpa de la nieve.
Esta foto ya está sacada desde detrás de la cadena montañosa de antes. El paso de Madlock está al fondo, donde la nieve.
Llegando al Ravensburger Hutte
La tercera etapa fue la más larga. Bajamos hacia el valle de Zans a través de un empinado, pero precioso camino.
Después, desde Stuben “sólo“ quedaba subir hasta Ulmer Hutte (850 metros de desnivel que nos quedaba y todo después de haber hecho 15 km). La senda, muy marcada, discurría a través de empinadas “praderías”
La cuarta etapa ya era la vuelta a la civilización, St Anton. Quizás la más complicada ya que había que hacer un pequeño destrepe (si, lo confieso, cuando toca destrepar de espaldas, soy un gran paquete)
Llegando al collado
También decir que este día tuvimos una gran suerte; llegar a St. Anton y empezar una tormenta de granizo fue todo uno.
Al día siguiente tocaba ir a Riffelsee. Se trata de un gran lago a 2000 metros de altitud con grandes vistas hacia algunos glaciares tirolenses.
Y ya el último día de nuestra estancia en el Tirol la dedicamos a visitar un par de pueblos. Y si, suerte loca con el tiempo ya que el último día todo tocó lluvia y nubes bajas. Y de aquí, de vuelta al infierno de Madrid (puaj)
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